Frustrada por mil cosas. Te extraño a decir verdad. Y es que en realidad extraño muchas cosas. Pero vos me hacías olvidar. Esto no lo vas a leer en
Tu voz, tu espalda que al principio no tenía un solo granito. Tu culito. Tu pelo, tus pies, tus manos. Las ganas de tomar mate, las de hacer música. La de salir a tomar cerveza o quedarnos en casa. La manera en que expresabas que querías juntar manzanas. Juntar manzanas. Hacer leña. Encontrarnos casualmente frente a Volver al Futuro, Olmedo. Mis milanesas cuando la mama no estaba. Tus asados y mi ajo picado para el chimichurri. Cada detalle la habitación violeta. Cada detalle de tus guitarras. Los detalles de tu nariz. Tu sonrisa escondiendo el diente. Tu sonrisa y risa a carcajadas sin poder tapar el diente y frunciendo toda toda
. Tus chistes mal contados, tu magia bizarra y tus ganas de querer seguir aprendiendo más trucos. Tu desesperación cuando no te salían las ecuaciones. Tu cuerpo como preparado para la clase de anatomía. Tus apuntes de antropología. Tu apoyo cuando algo me salía bien. Y tus ganas de matarme cuando me mandaba alguna. Tus zapatillas adidas y las reef. Tus dos pantalones negros, uno camuflado y otra bermuda camuflada. Tu remera amarilla, la roja,
Nuestras luchitas. Nuestros videos. Nuestros inventos. Nuestras araucarias. Nuestras ideas. Nuestros silencios. Nuestras charlas. Nuestros juegos. Nuestros breves, o no viajes en chata. Nuestros mates. Nuestras siestas. Nuestro sur. Nuestros besos.
Que se yo Pom, te seguía amando.