Notaste que estaba en vos. Que podés encontrarlo si querés. Podés porque existe. Lo bueno existe.
Notaste que perdías el tiempo en pensar que habías hecho durante tu día. Que haciendo una pequeña cosa que te diera placer te colmaba y cumplía con tus expectativas. Y Cumplís. Porque terminar un sudoku en cinco minutos para vos es único. Porque decirle ¨Buenas tardes, uno veinticinco, por favor¨ al chofer te hace sentir educada y cordial. Porque servirle un café a tu viejo, que anda de malas, te hace sentir más hija. Vos cumplís. Cumlpís con vos.
Notaste que no hay una, sino varias canciones que te ponen de buen humor. Que podrías escucharlas al despertar y levantarte con una sonrisa. Bailar y gritarlas, porque cantarlas no basta. Explotás toda la energía que acumulaste en tus seis, cuatro, media hora de sueño.
Notaste que el dinero que usaste en el esmalte rojo carmín lo tenés puesto. Que lo han halagado. Te halagaron y te sacaron una sonrisa. Ahora expones tus manos como obras de arte. Y lo son.
Notaste que a él le gusta lo que cocinas. Le cocinás y comen juntos. Que disfrutan de la última porción de Lemon Pie de la bandeja. Que se te cae merengue italiano en la teta, ya talle 95, y le sacás una sonrisa. Te sale una sonrisa.
Notaste que desaprobaste los últimos exámenes y aún así te piden que pases al frente para dar la clase. Que te piden que el viernes le expliques. Que te emociona hablar de lo que te apasiona. Que te piden que sigas. Te miran como boludos y te sacan una sonrisa. Una sonrisa cien por ciento tuya.
Notaste cuan ridícula sos en tu soledad. Que te encanta que llegue la noche y contar los moretones producidos por tantas caídas bailando o corriendo por alcanzar el teléfono para recibir el mensaje ¨Duplicate¨. Te encanta darte cuenta, pasados los veinte minutos, que hablás con un gato y que le explicas las vías somatomotoras. Te encanta saber que podrías quedarte otras dos horas en la puerta de tu casa esperando que llegue alguien habiendo tenido siempre las llaves en tu mochila. Te reís a carcajadas.
Notaste que no tenés vergüenza. Que te reís de vos misma cuando te caes en el medio del aula, en el pasillo del laburo. Que preguntas pavadas en clase y hasta la profesora del seminario te imita y se ríe. Se ríen con vos.
Notaste que sabés amar. Que tenés esa capacidad. Que amás. Notaste que amás al viejo, la vieja, la amiga, el amigo. Notaste que te amás. Y te sale una de las más lindas sonrisas.
Notaste que soñar y tener metas te mantienen de pie. Que con alegría y amor es mas llevadero.
Notaste que nunca es tarde. Notaste que lo bueno llega. También existe.